domingo, 26 de mayo de 2013

Gustavo Lopez en Tiempo Argentino La década en la que ganamos todos

Ayer se cumplieron diez años de la asunción de Néstor Kirchner al gobierno y el aniversario nos debe servir para la reflexión. ¿Por qué la década ganada? ¿Quiénes ganaron? Cuando uno analiza las estadísticas y mira a los ojos de los compatriotas, sabe que ganó la gente, que ganamos todos. La foto de 2003 nos mostraba piquetes cortando rutas, ollas populares, chicos famélicos y mucha gente pidiendo comida y buscando un plan social porque no había trabajo.

Con 25% de desocupados, 54% de pobres, casi un 30% en la indigencia y colas en las embajadas buscando algún pariente lejano en tierras extrañas para poder trabajar, nos daba un panorama desesperanzador. Uno de cada dos chicos que nacía en el país estaba condenado a la pobreza y las familias abrían las bolsas de basura para poder comer. Iglesias, asociaciones barriales y organizaciones sociales contenían lo que la política ya no podía contener.

Los bancos se habían quedado con los ahorros de toda una vida y se pedía a gritos que se vayan todos. Y ocurrió lo inesperado pero que todos soñábamos. Apareció un político con apenas el 22% de los votos que nos convocó a construir un país en serio, con memoria, justicia y equidad. Volvió a hablar de derechos, de trabajo, de igualdad de oportunidades y dijo que no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la casa de gobierno. Néstor Kirchner pudo haber seguido el canto de sirenas del FMI o trabajar sobre sus convicciones, y así lo hizo. Se plantó frente a la lógica neoliberal imperante que nos decía cuál era el rumbo a seguir y la cambió. Le devolvió a la política su capacidad de modificar la realidad y lo hizo a favor de los que menos tenían. Renegoció la deuda externa logrando una quita del 75%, congeló tarifas dolarizadas, puso todo el dinero en la expansión de la economía favoreciendo el consumo como motor de demanda y centró la mayor preocupación en la creación de empleo.

Refundó esta política en la ética de los Derechos Humanos y generó las condiciones para retomar el camino de la justicia contra el terrorismo de Estado. Miró hacia América Latina y se asoció con los líderes emergentes de las crisis vecinas, avanzando en una integración regional siempre anhelada pero nunca alcanzada. Fueron años de una lucha cuerpo a cuerpo, para salir del infierno, para recuperar las condiciones de un país normal, y se logró. En 2007 se había recuperado el empleo y devuelto la dignidad a millones de argentinos que ahora tenían la posibilidad de soñar. A partir de ese piso, llegaba la hora de profundizar estructuralmente el modelo.

La presidenta de la Nación planteó la reestatización de los fondos de jubilaciones, la ley de movilidad jubilatoria, la Ley de Medios, de matrimonio igualitario, de género, la Asignación Universal, la recuperación de la soberanía energética y tantas otras medidas que consolidaron el crecimiento con inclusión y equidad. Diez años más tarde la desocupación bajó al 7%, la pobreza al 5,4 y la indigencia al 1,5. Más de 3 millones de chicos reciben la AUH, es decir, 1,8 millones de familias. Más de 5 millones de compatriotas consiguieron trabajo digno y nueve de cada diez mayores se jubilaron. La cultura, la ciencia, la investigación científica se multiplicó al ritmo que subió la matrícula escolar y se ampliaron los derechos a la salud. En todas y cada una de las áreas se duplicaron los índices y siempre de manera redistributiva.

 ¿Q
uién puede decir que en esta década no ganó? Sólo alguien que basaba su beneficio personal en detrimento del otro. Estamos construyendo el país de los sueños, con una democracia plena, con derechos y en libertad, con justicia y equidad. Sólo queda seguir trabajando para seguir soñando.